Los resultados de los fenómenos aleatorios pueden darnos una idea de la probabilidad de que dichos resultados sucedan. Normalmente este tipo de observaciones tienen que hacerse porque se desconoce casi por completo el fenómeno aleatorio bajo estudio. Sin embargo, existen otras maneras de calcular probabilidades dependiendo del fenómeno que se estudie.
En algunos fenómenos aleatorios, como las cuestiones climatológicas o el comportamiento de las camadas de gatitos, el análisis sólo puede darse en términos de tendencias y de probabilidades frecuenciales, ya que lo único con lo que se cuenta es con alguna información de cómo se ha comportado el fenómeno aleatorio. Pero existen casos con más información.
Si tomamos un dado de seis caras y lo lanzamos para observar qué valor queda hacia arriba, tendremos un fenómeno aleatorio. Podríamos realizar lanzamientos sucesivos para darnos una idea de qué probabilidad tiene cada cara de aparecer. Por la forma en la que está construido el experimento, realizar repeticiones puede no ser necesario.
El dado consta de seis caras iguales, por lo que la intuición indica que podríamos esperar una tendencia de aparición igual para cada cara. Es decir, al lanzar el dado una y otra vez puede esperarse que cada cara aparezca, aproximadamente, en una sexta parte de los lanzamientos. Dicho más formalmente, en total se tienen seis posibles resultados, todos igualmente probables, por lo que cada uno de ellos ofrecerá una probabilidad de aparecer de un sexto o 0.167 aproximadamente.